Sin embargo, ¿qué significa realmente tener una buena autoestima? ¿Y cómo podemos cultivarla desde adentro?
“La autoestima es la valoración que una persona tiene de sí misma. Es la forma en que nos percibimos, nos sentimos y nos tratamos”, explica Yuvitza Reyes Donoso, académica de la carrera de Psicología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.
La psicóloga entrega claves prácticas y profundas para entender y fortalecer el amor propio.
Tener una autoestima saludable no significa sentirse superior ni perfecto. Según la académica de la UNAB, se trata de un equilibrio entre reconocer nuestras fortalezas y aceptar nuestras debilidades sin perder el sentido de valor personal.
“Implica cultivar una relación respetuosa con uno mismo, reconocer nuestros logros sin minimizar los errores, y aprender a tratarnos con la misma amabilidad que ofrecemos a quienes amamos”, dice.
Uno de los obstáculos más comunes en el camino hacia una autoestima sólida es depender de la aprobación externa. “Creer que nuestro valor depende de lo que otros piensen o digan de nosotros nos lleva a sobreadaptarnos, a decir que sí cuando queremos decir que no, o a ocultar nuestras emociones para agradar”, advierte la profesional.
Aunque la validación externa no es negativa por sí sola, cuando se convierte en la única fuente de valoración personal, puede generar inseguridad y vulnerabilidad ante la crítica.
La buena noticia es que el amor propio se puede trabajar día a día. Yuvitza Reyes recomienda tres prácticas simples pero poderosas:
Escritura reflexiva: “Cada día escribe tres cosas que valoras de ti mismo, aunque sean pequeñas”.
Diálogo interno consciente: “Cambia el juicio por comprensión. En vez de ‘soy un desastre’, prueba con ‘hoy no me salió como esperaba, pero estoy aprendiendo’”.
Actos de autocuidado diario: “Reserva al menos 15 minutos al día para ti. No es egoísmo, es salud mental”.
El trabajo con la autoestima comienza desde la niñez, y el ejemplo de los adultos es clave. “Los niños aprenden observando cómo los adultos se tratan a sí mismos y cómo los tratan a ellos. Validar sus emociones, reconocer sus esfuerzos y permitirles tomar decisiones adecuadas a su edad son claves para que desarrollen confianza”, destaca la académica de la UNAB.
Además, “enseñarles que equivocarse no los hace menos valiosos, sino más sabios, es una lección que puede acompañarlos toda la vida”, concluye.