Durante dos días, más de 100 personas de toda la región se reunieron para
analizar cómo seguir aportando a la salud mental comunitaria, desde una
mirada integral y familiar.
Juanita, como todos la conocen, forma parte del Programa Ecológico en Salud
Mental Comunitaria desde hace 14 años, sin imaginarlo, pero con muchas ganas
de ayudar a quien lo necesite, se integró a esta noble iniciativa, que año tras año
busca entregar apoyo a cientos de familias de nuestra región, para que puedan
superar distintas dificultades, enfocándose en su salud mental. Este programa
considera a la familia como la unidad de trabajo, promueve la educación de las
personas para que se transformen en sujetos autogestores.
Para poder cumplir con este propósito es que los trabajadores comunitarios, como
Juanita, se preparan y, además, reciben constantemente el apoyo de
profesionales de los equipos de salud mental de los CESFAM y del Servicio de
Salud Coquimbo. Todo para poder contribuir a mejorar la calidad de vida de las
familias y de ellos mismos.
“Creo que Dios tiene un camino para cada uno de nosotros, yo antes hacía otro
tipo de voluntariados y lo que éste me mostró era cómo moverse uno, ser capaz
de entregarle a otros las herramientas y entre todos apoyarnos para transformar
nuestra historia, creo que cuando somos capaces de unirnos, podemos lograr
cosas grandes y muy bonitas. Esto es un estilo de vida, en el que no solo
ayudamos a la transformación de otras personas, sino a la propia, a través de la
autogestión”, relató emocionada Juana Vallejos, trabajadora comunitaria de La
Serena.
El trabajo desarrollado desde el Programa Ecológico es complementario al modelo
de salud integral con enfoque familiar y comunitario que se está impulsando en
nuestro país y busca seguir avanzando en esta relevante temática.
Sebastian Prieto, jefe del Subdepartamento de Salud Mental del Servicio de Salud
Coquimbo, destacó que, si bien esta iniciativa comenzó siendo nacional, en la
actualidad, la región es una de las pocas que la conserva. “El Programa Ecológico
se inició en varias regiones del país, y ha sido difícil sostenerlo en el tiempo, por
distintos factores, como la pandemia, aunque acá en nuestra región lejos de
disminuirse se ha ido potenciando con los años, logrando ser el más destacado, y
manteniéndose gracias al apoyo institucional, ya que ha sido un compromiso
permanente del Servicio de Salud Coquimbo”.
Un emocionante encuentro regional
En el marco del mes de la salud mental, es que, durante dos días, se realizó el
XIV Encuentro Regional del Programa Ecológico en Salud Mental Comunitaria.
Instancia que reunió durante dos días a más de 100 personas de nuestra región y
de la Metropolitana, quienes con evidente entusiasmo y ganas de seguir dando lo
mejor de sí mismos, aportaron para robustecer este programa y apoyar a las más
de 1.390 familias beneficiadas con esta iniciativa en toda la región de Coquimbo.
Al respecto, el director del Servicio de Salud Coquimbo, el Dr. Christian Vargas,
señaló que “indudablemente que este tipo de encuentros están llenos de
emotividad, porque es donde se empiezan a conocer el resultado del trabajo
comunitario y podemos ver la integración de las personas, por eso es
tremendamente valorable que existan iniciativas como este programa.
Reconocemos el trabajo que hay detrás y beneficia a casi 1.400 familias de la
región. En un voluntariado dispuesto y comprometido como este, se obtienen los
resultados que hay en la región”.
Esta versión tuvo como foco principal analizar cómo se ha desarrollado el
programa, identificar brechas y proponer ajustes que permitan un mejor
funcionamiento del mismo, considerando el trabajo en red, tanto en la Atención
Primaria de Salud (APS) como a nivel de especialidad.
Sin duda, que para los asistentes fue un encuentro muy enriquecedor, en el que
además de generar nuevas herramientas para fortalecer el programa, pudieron
compartir y fortalecer lazos, en una instancia cargada de emociones. En este
sentido, Jimmy Curé, trabajador comunitario del Centro de Salud Mental (CESAM)
de Las Compañías, señaló que “quiero recalcar bastante que participar en este
programa de ayuda comunitaria en salud mental nos hace bien a todos, por eso
siempre trato de motivar a la gente para que participe, ya que nos ayuda a todos”.
Juan Villaroel, trabajador comunitario de Illapel, valoró la oportunidad de ser parte
de este programa y haber podido estar en el encuentro. “Me ha servido harto el
programa porque ha cambiado mi forma de pensar, mi modo de ver la vida y me
ha liberado de muchas tensiones. Estás jornadas han sido muy enriquecedoras y
gratificantes, sé que no estoy solo en esta vida y eso me ha servido mucho”,
relató.
Por su parte, María Isabel Rojas, trabajadora comunitaria de La Serena, también
agradeció poder participar en estas jornadas de trabajo. “Ha sido un excelente
encuentro, se han unido las familias, todo ha salido muy bien, ha sido muy grato
estar con ellos, compartir, conocerlos, ¿qué puedo decir? ha sido una gran
satisfacción para mí y me voy con un gran crecimiento espiritual”.
Sin duda, que quienes participaron en este encuentro, además de compartir sus
experiencias y retroalimentarse, se llevaron a sus casas una buena dosis de amor
y alegría, no solo por volverse a reunir, sino que también por seguir creciendo
juntos en un programa tan importante como lo son los grupos de autoayuda
multifamiliares.