Por Marco Cofré, Director de la carrera de Psicología de la U.Central Región de Coquimbo.
Como todos los años, celebramos en este mes de octubre el Día Mundial de la Salud Mental.
Una vez más nos pedirán que escribamos, hablemos, celebremos un acontecimiento como
éste, que busca representar, como lo plantea la Organización Mundial de la Salud, “un
compromiso global para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el
mundo y movilizar esfuerzos en apoyo de la salud mental” (OMS, 2021).
Parecería un mensaje inspirador, sin embargo, en sí mismo, denuncia una necesidad y una
problemática que, lejos de aliviar, genera mayor ansiedad e incertidumbre para quienes
requieren apoyo en Salud Mental. No sé si recuerdan una vieja película: “El día de la
Marmota”. Si no la conocen, es probable que hayan visto algunas otras cuya trama es similar.
El argumento presenta al protagonista envuelto en un bucle en que, una y otra vez, se repite el
mismo día. Al principio esto le genera una alta ansiedad y una gran incertidumbre. Este
malestar le provoca la necesidad urgente de salir de esa condición, buscando ayuda en otras
personas para confirmar su situación y comenzando a pensar que está sufriendo de algún tipo
de trastorno mental.
Luego de ello, viene la revelación: una vez que se hace conocedor de los eventos que
ocurrirán, los logra anticipar. Pareciera que con ello ha resuelto el malestar, y, se siente capaz
de recuperar su sensación de control de la situación. Aun así, no sale del bucle en que se
encuentra.
Si les suena conocido, es porque, habitualmente, dedicamos tiempo a la concientización y a
darnos cuenta de la condición de salud mental en que nos encontramos, unos más, unos
menos.
Si bien es cierto, la concientización todavía es necesaria, también es urgente poder contar con
programas, servicios y espacios que permitan sostener la demanda que la Salud Mental
presenta hoy. Mientras eso sucede ¿qué podemos hacer? Al comienzo de esta columna
encontramos la respuesta: movilizar nuestros esfuerzos en apoyo a mejorar la Salud Mental.
Para salir del bucle será importante reconocer dónde están nuestras fortalezas, tanto dentro
como fuera de nuestras propias vidas; qué nos llena de energías y revitaliza; qué tipo de vida
queremos vivir, y, sobretodo; intentar ser una mejor versión de nosotros mismos cada día.
Aunque no quiero hacer un spoiler de la película, es necesario decir que el final es
esperanzador para quien se arriesga a salir del bucle y encontrar su equilibrio personal.