- El pasado lunes 22 de enero, el Consejo Regional Campesino, convocó a una asamblea abierta que congregó a alrededor de 50 representantes de la ruralidad de las diferentes comunas de la región, que se llevó a cabo en dependencias de la Delegación Provincial de Ovalle, con el fin de diseñar, precisar y priorizar una propuesta campesina entorno a una problemática que se viene arrastrando por décadas y que tiene relación con la falta de agua y que ha afectado principalmente a las comunidades campesinas. Esta propuesta tiene como objeto recoger las experiencias, ideas y saberes de quienes viven en el territorio para salir del círculo de las falsas soluciones históricas que solo han agravado la crisis hídrica y socioambiental en nuestra Región.
Frente a la crisis hídrica que ha golpeado a miles de familias de la región que no les permite acceder a fuentes naturales de agua y, ante las soluciones propuestas por el gremio industrial, esto son los entubamientos, creación de tranques y desaladoras, señalamos que, si bien ha mitigado en algo esta crisis, no es la solución definitiva, pues seguir impulsando estas propuestas profundiza aún más el problema y que, además, no considera las zonas del secano. Lamentablemente, se insiste en seguir realizando estos tipos de proyectos, ignorando el problema de fondo que es que la sobreexplotación del recurso hídrico, conlleva precisamente a tener esta crisis y, además, produce consecuencias que mayormente afecta a las comunidades rurales.
Conscientes de que debemos afrontar esta Crisis Hídrica de forma colaborativa, es que el Consejo Regional Campesino realizó un trabajo de diálogo y reflexión, que se extendió desde las 10 hrs hasta las 16 hrs, para la presentación de propuestas que considere a los territorios, a sus habitantes humanos y no humanos, y respete el enorme legado natural, patrimonial, histórico y social que aún sobrevive pese a décadas de arremetida extractivista, sobre todo las actividades agroindustriales y mineras que se desarrollan en las distintas comunas de la región de Coquimbo.
Como primera tarea de trabajo fue reflexionar sobre nuestra demanda de “necesitamos agua”, concluyendo que siempre es resuelta desde el mercado, alentando nuevos negocios que finalmente vuelven insostenible la vida campesina, la agricultura familiar y el modo de vida que por generaciones se ha sostenido en los valles transversales.
Es preciso mencionar que, gracias a la reforma del Código de Aguas, establece la priorización del consumo humano, el saneamiento y el uso doméstico de subsistencia, lo que permite asegurar el derecho humano de acceso al agua, como también prioriza la función ecosistémica, esto es velar por la armonía y el equilibrio entre la función de preservación ecosistémica y la función productiva que cumplen las aguas, sin embargo, esto en la práctica aún no ocurre.
En esta asamblea abierta permitió visibilizar distintas problemáticas en torno al agua que aún persisten; como son: Agua Potable Rural (APRs), al igual que las norias y pozos del secano se están secando, y los 50 litros por persona que en el mejor de los casos llegan una vez a la semana a las familias abastecidas por camiones aljibes, y en muchos no llegan, ya sea porque los caminos están en malas condiciones, o porque no hay presupuesto o porque los parámetros utilizado por parte del del registro social determinan que la familia es o no es acreedora del beneficio, y otras aberraciones semejantes, mantienen en máxima vulnerabilidad al campesinado regional, sobre todo a las y los adultos mayores. Cada día se agudiza estas problemáticas del elemento vital que afecta al campesinado, en contraposición podemos ver que se siguen verdeando los monocultivos organizaciones como la Junta de Vigilancia del Río Choapa que definen que Minera los Pelambres siga usando 400 litros por segundo no sujetos a prorrateo en el acuerdo de redistribución que obliga el gobierno de acuerdo a la legislación vigente.
Frente a esto, se definió trabajar en comisiones para sistematizar el estudio y trabajo colaborativo para la creación de propuestas desde el mundo rural, ya que entre los puntos tratados llegamos a la conclusión de que las propuestas presentadas solo despilfarra los recursos fiscales, que benefician a las empresas y a los grandes grupos económicos de Chile, cuando la solución, a nuestro parecer debe ser que aunemos fuerzas, trabajar en conjunto para un objetivo común, en torno a iniciativas de pequeña y mediana escala, que además generan empleo local, clave ahora que las fuentes laborales están cada vez más escasas, por la inviabilidad de las actividades tradicionales dada la falta de agua.
Entre las iniciativas se mencionaron las siguientes: obras de infiltración en las quebradas; reforestación nativa alrededor de los pozos de las APR; riberas de río y donde haya concentración de humedad; reutilización de aguas residuales; acumuladores de agua; y las diversas obras realizadas en el marco del programa de manejo sustentable de la tierra, ya probadas en Combarbalá con indudable eficacia, además de redistribuir las aguas de pozos cerrados; fiscalizar el uso de las aguas del minero y si se comprueba usos distintos a los autorizados por ley, clausurar el pozo y ponerlo a disposición de la comunidad que habita el territorio; modificar el Código de Aguas en cuanto a las reglas de elecciones y votaciones, ya que actualmente las decisiones se toman a razón del número de derechos de agua que se tiene, y no “un regante un voto”, lo que no permite que la voz de la minoría sea escuchada; así como también promover la participación vinculante de los habitantes destinatarios del uso para consumo humano y la creación de instancias de educación respecto a la protección del agua.
Para este trabajo colaborativo, la asamblea determinó trabajar en comisiones dentro del plazo de un mes para presentar los resultados de su estudio a la asamblea y con ello definir colectivamente las estrategias a seguir, tanto en términos comunicacionales, políticos, administrativos y jurídicos, si fuera necesario, siempre fortaleciendo la Política Regional de Desarrollo Rural.